Tras una Navidad marcada por los estruendos y la falta de controles, la Asociación TGD Padres TEA Gualeguaychú convoca a una marcha para exigir empatía y el cumplimiento de las ordenanzas vigentes que protegen a las personas con hipersensibilidad auditiva.
El pasado 24 de diciembre no fue una noche de paz para muchas familias en Gualeguaychú. A pesar de que la ciudad cuenta con una normativa de "Pirotecnia Cero" desde hace casi una década, los intensos estruendos y el ruido ensordecedor de los escapes libres de motos empañaron los festejos. Ante esta situación, Carina Leonardi, presidenta de la Asociación TGD Padres TEA Gualeguaychú, anunció una movilización para visibilizar el sufrimiento que estos ruidos provocan en personas con autismo, adultos mayores y animales.
Para quienes tienen hipersensibilidad auditiva, un petardo o un "corte" de moto no es solo un ruido molesto; es una agresión física. Leonardi explica que el malestar y el estrés que produce este estado de alerta tarda mucho tiempo en revertirse.
"No es algo que sea fácil de manejar o que se elija. Por más que uno tome recaudos, cuando hay una persona con hipersensibilidad auditiva y hay muchos estruendos, realmente lo pasa mal, tenga la edad que tenga", señaló la referente.
El problema no se limita a los 15 minutos de un brindis. La angustia y las crisis que se desencadenan afectan profundamente la dinámica familiar, obligando a muchos a buscar refugio en los lugares más aislados de sus hogares, perdiendo todo sentido de celebración.
Gualeguaychú fue pionera en la región al promulgar en 2016 una ordenanza de prohibición total de pirotecnia (tanto sonora como lumínica), que entró en vigencia en marzo de 2017. Sin embargo, Leonardi lamenta que, tras casi diez años de vigencia, todavía sea necesario salir a la calle para pedir que se respete la ley.
Un punto crítico denunciado por la Asociación es la falta de control estatal. Durante la última Nochebuena, el número de denuncias de Inspección General (423399) aparentemente no dio respuesta a los vecinos. "No hemos visto que haya habido decomisos como en años anteriores. Es muy triste porque hay una ordenanza vigente y queremos que se cumpla", enfatizó Leonardi.
Además de la pirotecnia, la entrevista destacó un problema creciente: los escapes libres. La presidenta de la asociación relató situaciones angustiantes de padres intentando contener a adolescentes en plena vía pública ante el estallido de una moto.
Bajo la consigna de que el cumplimiento de las normas es una responsabilidad de toda la comunidad, la Asociación invita a una movilización abierta:
El respeto por el otro es la base de cualquier sociedad sana. El pedido de TGD Padres TEA es simple pero profundo: que el próximo 31 de diciembre, el brindis sea un momento de alegría para todos, sin que el festejo de algunos signifique el dolor de otros.
