La Fe y el Trabajo en Argentina: La Visión de Monseñor Zordán en el Día de San Cayetano

En un 7 de agosto marcado por la fe y la esperanza, la voz de Monseñor Héctor Zordán, obispo de la Diócesis de Gualeguaychú, resuena con un mensaje de reflexión sobre el significado de San Cayetano para la sociedad argentina. En una entrevista exclusiva, el obispo profundizó en la devoción al "Santo del Pan y el Trabajo", la situación laboral del país y el rol de la Iglesia ante los desafíos contemporáneos.

 

San Cayetano: entre la devoción y la providencia

Monseñor Zordán explicó que la figura de San Cayetano, como la de otros santos, representa un ejemplo de vida cristiana ejemplar y un intercesor ante Dios. Sin embargo, en Argentina, la devoción adquirió una particularidad: el pedido por el trabajo.

"Históricamente, en Argentina, hemos tenido problemas con el trabajo, mucha desocupación en mayor o menor medida... Y entonces mucha gente, de fe sencilla, le ha confiado a San Cayetano el pedido por el trabajo para poder llevar el pan a su casa", afirmó el obispo.

A diferencia de su arraigo en Europa, donde se lo conoce como el "santo de la providencia", en Argentina su figura está íntimamente ligada a la necesidad de un empleo digno. No obstante, Zordán conecta ambas ideas, señalando que el trabajo para llevar el pan a la mesa familiar es una manifestación directa de la providencia divina.

 

Un mensaje de la Iglesia: el trabajo digno como prioridad

En el marco de esta jornada, la Conferencia Episcopal Argentina emitió un mensaje claro, según detalló Monseñor Zordán. El obispo destacó la importancia de que "ninguna política económica debe dejar fuera del trabajo a la gente". Esta preocupación, central en el mensaje eclesiástico, se centra en la precarización laboral y en aquellos que han sido excluidos del circuito de trabajo a raíz de los recientes ajustes.

"Me parece que eso tiene que ser una preocupación de todos y particularmente de aquellos que nos gobiernan, que lo que se va solucionando en la economía (...) tenga también en cuenta el trabajo de la gente que es muy necesario, es indispensable para poder seguir viviendo", enfatizó.

 

Esperanza, encuentro y los desafíos del futuro

Ante el desánimo que a menudo se percibe en la sociedad, el obispo hizo un llamado a la esperanza. Sostuvo que el futuro del país depende de la laboriosidad y de la capacidad de la sociedad para unirse y trabajar de forma conjunta.

"Lo que a mí me preocupa en este momento es la falta de capacidad de encuentro que tenemos, sobre todo entre los dirigentes de nuestra patria", reflexionó, señalando que el "espíritu confrontativo" impide construir un futuro colectivo.

Además, el obispo abordó los desafíos que las nuevas tecnologías imponen en el mundo laboral. Subrayó la necesidad de una educación que fomente una mayor capacitación y especialización, especialmente en los jóvenes. A su vez, instó a que la persona humana sea el centro de las políticas de trabajo, buscando alternativas para evitar que la tecnología, si bien es una solución, termine excluyendo a grandes sectores de la sociedad.

Monseñor Zordán concluyó resaltando que la fe no es un simple paliativo, sino que "siempre abre caminos nuevos". Es una herramienta que ayuda a entender la vida y la realidad "con otros ojos", brindando un sentido y un horizonte de esperanza.

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