Durante Semana Santa suele aumentar de forma significativa el consumo de pescados. El mismo es un alimento perecedero que se puede descomponer con facilidad, siendo una de las carnes que se altera más rápidamente. Por ello, se deben extremar cuidados al momento de su compra, manipulación y conservación.
Por tal motivo, los inspectores de las áreas de Bromatología y Veterinaria realizaron inspecciones bromatológicas a las pescaderías de la ciudad, a fin de constatar las condiciones edilicias, estados y temperatura de los productos que expenden y almacenan; y documentación sanitaria del personal.
Al momento de la adquisición:
Se recomienda hacerlo en comercios habilitados que presenten buena higiene general y exhiban sus productos frescos, conservados en abundante hielo (cubiertos) o congelados; y que por ningún motivo estén expuestos al sol o al aire libre.
Características optimas del pescado fresco:
Para los pescados que se adquieran procesados; verificar la existencia de rótulos y en el caso de enlatados, las latas NO deben estar abolladas, oxidadas e hinchadas.
En cuanto a los crustáceos menores, como camarones y langostinos, NO deben presentar manchas negras, olor desagradable o desprendimiento entre cabeza y tronco. Los calamares, por su parte, deben tener una piel lisa, suave y húmeda, sin manchas sanguinolentas o extrañas. Sus ojos tienen que ser brillantes y salientes y su musculatura, consistente y elástica. Los mejillones, u otros moluscos bivalvos, deben tener las valvas cerradas y una vez cocidos, abrirse. Si están abiertas, hay que comprobar que se cierren con un ligero golpe.
Conservación y consumo:
Una vez adquiridos, deben transportarse directa y rápidamente al domicilio y refrigerarlos de manera inmediata para evitar el corte de la cadena de frío. Se recomienda:
Por mayor consultas e información comunicarse por e-mail a bromatologia@gualeguaychu.gov.ar o al tel 423399.