Tweet
Fue una de las observadoras más agudas de nuestra cultura, ejerció en sus intervenciones públicas una honestidad intelectual poco frecuente, sin temor a exhibir sus contradicciones, a verse y no reconocerse en la joven militante que era en un momento del pasado turbulento del país. Fue, también, una magnífica escritora, como lo demuestran los tres fragmentos que se publican a continuación. El primero, de un libro excepcional, La pasión y la excepción, donde cruza a Borges y Evita y el asesinato de Aramburu como símbolo de la violencia política que atravesaba la sociedad argentina; el segundo, “Las dos torres”, recopilación de ensayos, con un texto en el que adelanta hace un cuarto de siglo debates tan vigentes hoy como la migración o la identidad y, finalmente, una de sus ya míticas clases de literatura cuando regresó a la UBA tras la dictadura, en este caso dedicada a Roberto Arlt. Leer más