Con 31 años, acompaña a Mauricio Davico en la Intendencia de Gualeguaychú. Preside el Concejo Deliberante y participa activamente en la toma de decisiones del Ejecutivo. Su objetivo: ordenar 70 años de normativa obsoleta.
Al decir de empleados municipales que han visto pasar varias gestiones por el edificio de Yrigoyen 75, “hace mucho que no se veía una vice así”.
La afirmación es consecuencia de dos factores fundamentales que se dan particularmente en esta gestión: la confianza que deposita Davico en su vice, logrando un tándem pocas veces visto en la administración municipal de Gualeguaychú, y la solidez que presenta la articulación de Intendencia, Viceintendencia y Jefatura de Gabinete.
Julieta Carrazza se distingue en la Municipalidad de Gualeguaychú, no solo por ser una viceintendenta muy joven, sino por su interacción con el intendente Mauricio Davico y todos los funcionarios. De hecho, es común verla participar activamente en las reuniones que encabeza Davico o el jefe de Gabinete, Luciano Garro.
Sin embargo, tomar la decisión de acompañar la fórmula para la Intendencia no fue algo que tuviera previsto como meta.
- ¿Pensó alguna vez que iba a recibir la propuesta de ser viceintendenta?
- No, nunca. Pero a mí, las cosas medio que me suceden siempre.
- ¿Y qué pasó cuando fueron con la propuesta?
- En realidad fueron otros primero con la propuesta. Palito fue el último. Me llamaron cuatro… Eso habla de la falta de mujeres que tenemos. Seguramente, si no hubiera Ley de Cupo, no habría una mujer ocupando el lugar.
- ¿Cree que pesa más una suerte de obligación que una decisión espontánea por considerar la idoneidad tanto de un hombre como de una mujer?
- Por supuesto. Lo que no quiere decir que no puedas desenvolverte bien y cumplir bien con la función, demostrar que sos capaz. Pero la realidad es que nosotras tenemos barreras en el ingreso a estos lugares. El tema es entrar. Me pone un poco incómoda hablar de mí, pero de todas las funcionarias mujeres es como... ¡Ah, mirá! Andan, piensan, hacen y lo hacen bien.
- ¿Por qué eligió la propuesta de Davico?
- Veníamos hablando un montón. Le planteé de entrada lo que quería hacer. Porque todos me hablaban solo del trabajo legislativo que, obviamente, es mi función acá, presidir el legislativo. A Palito se lo dije claramente: Yo puedo cumplir la función que vos me pedís que cumpla, pero necesito que se haga de esta manera. Era la intervención en los jardines, en los EMPI (Espacios Municipales de Primera Infancia). Sabía que íbamos a poder hacerlo con Palito, intervenir y hacer las modificaciones que queríamos hacer.
“Con Mauricio vivimos la relación de gobierno como algo natural que tiene que suceder entre el Legislativo, entre el Ejecutivo, en el gobierno”
- Ya, como presidenta del Concejo, ha tenido actitudes que no eran muy comunes en la dinámica y en la historia del Concejo Deliberante. Por ejemplo, bajarse del estrado y ocupar una banca para defender una postura. ¿Eso le nace espontáneamente?
- Fue muy espontáneo. Pero, porque es válido, aunque no estamos acostumbrados. A eso me refiero. Hay que cambiar y hay que hacer las cosas de otra manera. Para mí es muy frustrante escuchar en el Estado eso de ‘Siempre se hizo así’. Ayer me pasó que llegó una nota para un proyecto, lo quise presentar yo y me respondieron ‘no, los viceintendentes no presentan proyectos’. ¿Por qué?, ¿dónde está prohibido? En ningún lado. Bueno, lo presentamos. A ver, si nosotros no logramos tener otra mirada, ¿cuál es la importancia de que haya jóvenes? No es una cuestión etaria; no es una cuestión de edad. Es una cuestión de, primero, poder incluir algunas visiones de vida que quizás la política ha sacado afuera siempre. Por falta de visión, por considerar que hay que tener mucha experiencia en las cosas para formar sabiduría y así poder tomar las mejores decisiones. Nosotros vivimos un cambio de época muy importante, en el que lo que se valora es la conversación. Y la buena conversación se forma desde diferentes puntos de vista y diferentes miradas de la realidad. Eso no tiene que ver solamente con los partidos políticos. Incluso, te diría que ni siquiera garantizan eso los diferentes partidos políticos. En realidad, lo que lo garantiza es tener diferentes maneras de ver la vida, producto de las experiencias y de lo que le ha tocado vivir a cada uno. Entonces, seguramente, si nos sentamos con un chico de 17, 18 años, ni te digo uno de 15, va a tener una mirada de la realidad muy diferente a la nuestra. Y de esa conversación podemos generar una solución que enriquezca, pero que además se incorpore. Porque insisto, los jóvenes hasta los 32 años somos el 40% del padrón electoral. Y no hay nadie legislando y mirando sus intereses. Me parece que es importante.
“Estamos trabajando todos juntos, porque entendemos que a los ciudadanos les importa poco si representamos a uno u otro poder, lo que les importa es que los problemas se solucionen”
- Otra cuestión que se remarca en esta gestión, particularmente, es que, si bien son dos poderes distintos, uno ejecutivo y otro legislativo, ya no se ven como compartimentos estancos. Lo que se percibe a diario y desde adentro, lo que ve el empleado municipal es su presencia en el Ejecutivo. Se percibe que los proyectos, los anuncios y los planes, lo que se va llevando a cabo, es consensuado. ¿Es así o es una percepción, simplemente?
- Por supuesto que existe. Y además te voy a tirar otra. El día que vino Mauricio (Davico) a defender la ordenanza de las antenas, yo escucho murmullo, veo que están todas las empleadas del Concejo yendo y viniendo, y me preguntan: ‘¿Viene el Intendente?, ¿viene al Concejo?, ¿sube el Intendente, Julieta?’. Sí, sí, digo yo, sube el Intendente. Y me dicen ‘No, no, pero acá nunca ha subido un Intendente’. Estamos hablando de empleadas de muchos, muchos años, más de 20... Mauricio tiene eso, es disruptivo. Los dos, por ahí, lo somos sin querer. Vivimos la relación de gobierno como algo natural que tiene que suceder entre el Legislativo, entre el Ejecutivo, en el gobierno. Porque, en realidad, es eso. Y, por supuesto que cuando él subió no tenía ni idea de que nunca nadie había subido. No es que dijo ‘yo voy a ser el primero’. No, a él le pareció que era el Intendente, que había un proyecto del Ejecutivo y que él tenía que dar la cara y explicarlo. Esas actitudes le nacen naturalmente, creo que es por lo que la gente lo eligió, y hacen que podamos tener una relación muy cercana, no solo de los poderes, sino de la toma de decisiones en el Ejecutivo. Porque la realidad es que cuando uno sanciona una ordenanza, lo que hace es materializar una situación de hecho que ya existe o un cambio que se quiere producir. Y para eso necesitamos una decisión política de la gestión de para dónde vamos, o de situaciones que existen que tenés que poder solucionar a través de la modificación de diferentes ordenanzas. Eso no sería posible si no hubiera una buena convivencia. Los concejales del bloque se reúnen todos los martes a las 8 de la mañana conmigo y con el jefe de Gabinete, Luciano Garro, y hacemos un repaso de todos los temas del Ejecutivo y del Legislativo. Nosotros necesitamos encontrar soluciones y mejorar la normativa. Entonces, no es una cuestión de cantidad de proyectos, sino de que esas modificaciones sean serias. Y venimos de, sobre todo el año pasado, muchos proyectos de ordenanza que se aprobaron sin siquiera tener pase al Ejecutivo y a las áreas correspondientes. Así se aprobaban loteos, se aprobaban excepciones al Plan de Ordenamiento Territorial (POT), sin tener siquiera factibilidad de las áreas que tenían que intervenir. Bien, esa pelea entre el Legislativo y el Ejecutivo en cuanto a quién puede más, quién puede menos, hoy no existe. Estamos trabajando todos juntos porque entendemos que a los ciudadanos les importa poco si representamos a uno u otro poder, lo que les importa es que los problemas se solucionen.
- ¿Se revisan las ordenanzas que no se han cumplido; que existen, sobre temas que ya están legislados, pero que nunca se cumplieron?
- Sí, hay un desorden muy grande. Incluso ahora, con el nuevo sistema de búsqueda tanto de decretos como de ordenanzas, que es una creación del área de Informática a cargo de Ismael Ferrari. Tenemos ordenanzas que se superponen, que tácitamente se derogan, renumeraciones... Y no hay textos unificados de la normativa.
Estamos trabajando para hacer un digesto de verdad, con la normativa actualizada, que es la función como presidenta del cuerpo legislativo. Es el objetivo que yo me he puesto estos cuatro años. Cuando me vaya de esta función, quiero que cualquier ciudadano pueda venir y tenga texto actualizado de cualquier normativa. Incluso, obviamente, consultarlo vía la página de la Municipalidad. Es algo que no se ha hecho en todos estos años, desde la recuperación de la democracia y requiere de un pacto de compromiso para poder usar solamente una técnica legislativa en el Concejo y que todos tengamos en claro cómo legislar, porque la realidad es que, si se usan muchas técnicas legislativas diferentes, es difícil ordenar el sistema normativo.
- En estos casi ocho meses de gestión, ¿qué se ha logrado legislativamente para el vecino?
- Se han tocado temas que eran tabú hace mucho tiempo. Nosotros hemos reducido los sellados por ordenanza, las tasas, el derecho de edificación. Hubo una gran impronta del Intendente. Por esto digo que el trabajo del Legislativo y el Ejecutivo siempre tiene que ser en conjunto. No se puede avanzar en eliminar tasas, contribuciones, sin una decisión política de la gestión, de poder afrontar ese desafío en términos económicos, de lo que significa para la administración. Estamos trabajando fuertemente, no solamente en la reforma del Plan de Ordenamiento Territorial que realmente es un desafío muy grande para poder dar respuesta a situaciones que se generan todos los días, a muchos expedientes que recibimos con pedidos de excepción.
Sumado a eso, creo que hemos logrado, sobre todo, la cercanía con los vecinos. Más allá de las cuestiones de interés, cada sesión tenemos banca abierta. Hemos facilitado también para que pueda haber una democracia participativa, que sean los vecinos los que traigan sus proyectos. Porque pasaba que venían personas, como vienen todas las semanas a los bloques, los concejales tomaban los temas y presentaban proyectos. Nosotros hemos tomado la decisión de que vamos a acompañar a las personas que quieran presentar un proyecto, pero el proyecto es de autoría de quien lo presenta. No es de los concejales de un bloque o del otro. Nadie debe apropiarse del proyecto de un vecino. También estamos con el Concejo Deliberante Estudiantil, que es una herramienta de participación ciudadana y de participación juvenil. Yo no sé cómo funcionaba antes. Por ahí uno se entera por los empleados, por cosas que les llaman la atención, incluso la cantidad de gente que atendemos desde el Legislativo por problemas de convivencia entre vecinos, calles, tránsito. Cualquier problema que tengan, nosotros evacuamos las dudas y hacemos un seguimiento. No es una función netamente legislativa, pero nos da una cercanía muy grande para comprender. Así, por ejemplo, estamos trabajando en una ordenanza que va a regular el uso de los cordones amarillos, la carga y descarga de vehículos, porque hay que ordenar el tránsito en la ciudad.
“Estamos trabajando para hacer un digesto de verdad, con la normativa actualizada. Es el objetivo que me he puesto estos cuatro años. Que cualquier ciudadano pueda consultar y tenga texto actualizado de cualquier normativa”
- ¿La marca “Orden y Gestión se pone en práctica? ¿Tiene que ver con todo esto que está mencionando?
- Si yo te digo que estamos iniciando el ordenamiento de todos los textos normativos que desde la vuelta a la democracia vienen desordenados, yo creo que sí. Realmente entendemos que tenemos que ordenar. Quizás es algo que los vecinos no ven como algo prioritario. Pero cuando necesitás hacer un trámite administrativo, saber qué te están cobrando, qué tenés que pagar, cuáles son las excepciones a esa imposición, es importante que puedas contar con la normativa. Y la única manera que hay es ordenando. Porque, además, ese orden- también nos va a permitir, primero, derogar las ordenanzas que tienen cuestiones que no se aplican; no vamos a tener ordenanzas en desuso. Y además, nos va a permitir poder evaluar qué es lo que hay que modificar y qué es lo que hay que sumar. Por ejemplo, hay normativa de los años 50 que está absolutamente en desuso.